La eminente luz de la fotografía la iluminaba en la
negrura. Sentada mientras que el agua le inundaba los poros, miraba el centro
de aquella imagen que al igual que a ella la oscuridad los seguía, todavía
observando el cuerpo inmaculado, llegaban los recuerdos que traía de vuelta el inmenso
dolor. Decidió levantarse, bajando más la llave para pegarse contra la pared y
sentir ilusión de caricias que tanto deseaba… caricias humanas que jamás
tendría, más tarde abrió la llave nuevamente, sintiendo la gélida y aterciopelada agua en la columna que tanto le llenaba de placer. Ya el líquido
bajando por su cuello recordaba imágenes de pasiones que la frustraban y la atormentaban
constantemente; como ya era costumbre pasaba una vez más sus dedos por las comisuras
de los labios, aborreciendo cada vez más esos estúpidos anhelos. “¡Maldita sea!”
–gritó mientras golpeaba la pared-.
Yacía en el suelo sintiendo como se le perforaba el alma,
cerró sus ojos. Pasados minutos, aún inmóvil, olía la menta impregnada en la
habitación, veía la presentación que se reproducía en sus parpados, oía las
tonalidades que emanaban del infierno, sentía la rocosidad del absurdo mundo en
el que ella estaba presente…con la carne hecha trisas y con lo poco que le
quedaba de conocimiento, pronunció lo último: ‘’La oscuridad me seguirá eternamente…’’
Hecho el 20 de Julio del 2011.
-Después de todo este tiempo la situación no cambia.
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